El trastorno de la personalidad por evitación se caracteiza por:
Un patrón general de inhibición social, unos sentimientos de inferioridad y una hipersensibilidad a la evaluación negativa, que
comienzan al principio de la edad adulta y se dan en diversos contextos, como lo indican cuatro (o más) de los siguientes ítems:
- Evita trabajos o actividades que impliquen un contacto interpersonal importante debido al miedo a las críticas, la desaprobación o el
rechazo.
- Es reacio a implicarse con la gente si no está seguro de que va a agradar.
- Demuestra represión en las relaciones íntimas debido al miedo a ser avergonzado o ridiculizado.
- Está preocupado por la posibilidad de ser criticado o rechazado en las situaciones sociales.
- Está inhibido en las situaciones interpersonales nuevas a causa de sentimientos de inferioridad.
- Se ve a sí mismo socialmente inepto, personalmente poco interesante o inferior a los demás.
- Es extremadamente reacio a correr riesgos personales o a implicarse en nuevas actividades debido a que pueden ser
comprometedoras.
Las personas con trastorno de la personalidad por evitación suelen pensar de esta forma negativa:
- “No puedo soportar los sentimientos desagradables”.
- “Si los demás me conocen bien, descubrirán cómo soy realmente y me rechazarán”.
- “Si la gente se da cuenta de que soy inferior, sería intolerable para mí”.
- “Tengo que evitar, como sea, las situaciones desagradables”.