El trastorno narcisista de la personalidad se caracteriza por:
Un patrón general de grandiosidad (en la imaginación o en el comportamiento), una necesidad de admiración y una falta de empatia, que
empiezan al principio de la edad adulta y que se dan en diversos contextos como lo indican cinco (o más) de los siguientes ítems:
- Tiene un grandioso sentido de autoimportancia (p. ej., exagera los logros y capacidades, espera ser reconocido como superior, sin
unos logros proporcionados).
- Está preocupado por fantasías de éxito ilimitado, poder, brillantez, belleza o amor imaginarios.
- Cree que es "especial" y único y que sólo puede ser comprendido por, o sólo puede relacionarse con otras personas (o instituciones)
que son especiales o de alto status.
- Exige una admiración excesiva.
- Es muy pretencioso, por ejemplo, expectativas irrazonables de recibir un trato de favor especial o de que se cumplan automáticamente
sus expectativas.
- Es interpersonalmente explotador, por ejemplo, saca provecho de los demás para alcanzar sus propias metas.
- Carece de empatia: es reacio a reconocer o identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás.
- Frecuentemente envidia a los demás o cree que los demás le envidian a él.
- Presenta comportamientos o actitudes arrogantes o soberbios.
Las personas con trastorno narcisista de la personalidad suelen tener las siguientes creencias:
- “Soy una persona especial”.
- “Soy una persona diferente a los demás, superior, por lo que merezco una atención y trato privilegiados”.
- “Debo obtener el reconocimiento y admiración de los demás”.
- “Nadie tiene ningún derecho a criticarme”.
- “Sólo debo relacionarme con gente de mi misma clase o tan inteligente como yo”.
- “Los demás deberían ser considerados conmigo”.
- “La gente debería reconocer lo especial que soy”.
- “Mis necesidades o derechos están antes que los de los demás”.