El trastorno bipolar también llamado psicosis maniaco depresiva, se caracteriza fundamentalmente por cambios cíclicos en el estado del ánimo que van desde la depresión a la manía.

Cuando se halla en la fase depresiva el paciente padece los mismos síntomas que en el trastorno depresivo mayor, sin embargo en la fase maníaca la sintomatología sería la siguiente:

• Euforia anormal y excesiva.

• Energía incrementada excesivamente (el paciente está hiperactivo y no se cansa   nunca).

• Irritabilidad.

• Pensamientos y habla acelerados (verborrea).

• Ideas de grandeza (delirios de grandeza).

• Falta de juicio.

• Disminución de la necesidad de sueño.

• Aumento del deseo sexual.

El trastorno bipolar nada tiene que ver con los altibajos que podemos experimentar cuando tenemos un buen o mal día. Los síntomas de este trastorno causan un malestar clínicamente significativo, que provoca un deterioro en áreas importantes de la vida de la persona que lo padece como la pareja, familia, trabajo y amigos.

Tras la recuperación de los episodios maníacos, depresivos o mixtos, el estado de ánimo se normaliza y los síntomas se disipan. (Arriba)