Las habilidades sociales son un conjunto de comportamientos interpersonales que pueden aprenderse, y que facilitan las relaciones con los demás. Son modos de saber hacer relación con los demás, comportarse de una forma que sea recompensada y aceptada por los otros, y de no comportarse de forma que uno sea ignorado o castigado de alguna forma, por los demás.

Algunas características de las habilidades sociales son:

• Se adquieren a través del aprendizaje (observando o imitando a los demás).
• Incluyen comportamientos verbales y no verbales.
• Suponen iniciativas y respuestas apropiadas y que sean efectivas.
• Son recíprocas, suponen una correspondencia de acciones entre varias personas.
• Están influenciadas por las características del medio (ej. la edad, el sexo, el estatus de la otra persona).

La capacidad para comprender a los demás y ponerse en su lugar (empatía), es condición indispensable para que los niños en el futuro sean capaces de aceptar responsabilidades, sean solidarios y desarrollen criterios propios. Es conveniente que los niños desde los primeros años aprendan:

• A participar en los juegos y a compartir sus juguetes.
• A expresar sus emociones.
• A defenderse y a expresar quejas.
• A dar sus opiniones y aprender a respetar las de los demás.
• A establecer relaciones asertivas con los demás.
• A tomar sus propias decisiones.
• A resolver sus propios problemas.

En definitiva, las habilidades sociales son las conductas que se manifiestan en situaciones de relación con otras personas, en las que expresas tus sentimientos, tus actitudes, tus deseos, tus ideas u opiniones, tus derechos; respetando el derecho que tienen también los demás, a expresar lo mismo.

Estas conductas socialmente habilidosas contribuyen a prever conflictos, a evitarlos y a solucionarlos cuando se presentan.

¿En qué situaciones hay que ser competente?

En todas aquellas en las que se den relaciones interpersonales, como por ejemplo: las conversaciones, pedir favores, peticiones o cambios de conducta a otras personas, aceptar o rechazar críticas de los demás, ponerse en el lugar de los demás, expresar quejas, hacer cumplidos, trabajar en equipo, situaciones de conflicto o enfrentamiento, y en todas aquellas otras situaciones sociales en las que te desenvuelves y necesites mejorar la seguridad en ti mismo para relacionarte con gente de tu edad e incluso adulta.